Dentro de unos días, concretamente el próximo 22 de Septiembre, dejaremos atrás el verano y nos adentraremos de lleno en la que para mí es una de las mejores estaciones del año, el otoño, y con ella no solo llegará la caída de las hojas de los árboles si no también una de las fiestas cerveceras más sonadas, la Oktoberfest, y fue precisamente esta fiesta la que de alguna manera popularizó el estilo que hoy nos ocupa, el Märzenbier (cerveza de Marzo) o Märzen a secas, como lo llaman los alemanes.
El cambio de estación, y también de clima, vendrá también acompañado por una transición en el consumo de las cervezas más refrescantes y lupuladas del verano a aquellas con un poco más de cuerpo y matices más pronunciados. No quiere decir ni mucho menos que vayamos a dejar de beber IPAs de repente pero es lo que nos va a pedir el cuerpo en muchas ocasiones.
El origen de este tipo de cerveza, que no su popularidad, lo podríamos remontar a unos 500 años atrás, durante el reinado de Alberto V de Wittelsbach, Duque de Baviera, cuando los cerveceros bávaros elaboraban sus cervezas durante los fríos meses de invierno y los primeros de la primavera, aprovechando así las bajas temperaturas para una mejor conservación y maduración de sus cervezas. En verano era imposible hacer cerveza ya que las altas temperaturas eran un gran reclamo para las hambrientas bacterias deseosas de estropear la cerveza durante su fermentación.
De todas estas elaboraciones, las últimas, las que se hacían en el mes de Marzo, solían contener algo más de alcohol y lúpulo, el cual actuaba como conservante natural. Después hacían su ya famoso lagering, su almacenamiento en cuevas y acondicionamiento en frío, para posteriormente ser consumidas durante los meses veraniegos. El problema era que a mediados del otoño llegaba la recolección de grano de la última cosecha y por lo tanto se veían necesitados de espacio para ir almacenando las nuevas elaboraciones. Solución para consumir lo antes posible las últimas cervezas del mes de Marzo?, montar una fiesta popular.
Muchos piensan que la ciudad de Múnich fue la creadora de este estilo de cerveza, al menos tal y como lo conocemos hoy en día, pero hay referencias que datan del año 1732 que la sitúan en la ciudad austriaca de Viena, desde donde posteriormente, ya en el s. XIX, recalaría en la ciudad alemana fruto de la estrecha relación comercial que mantuvieron el cervecero muniqués Gabriel Sedlmayr y el cervecero vienés Anton Dreher. Se dice que fue Sedlmayer el que enseñó a Dreher las técnicas del lagering, quien a su vez las trasladó a Viena para combinarlas con las novedosas maltas pálidas vienesas, dando lugar así a la Vienna Märzen.
Pero volvamos a la fiesta popular que hemos mencionado anteriormente. Como bien hemos dicho se decidió organizar una gran fiesta para así poder darle salida al excedente de cerveza que aún les quedaba de la última elaboración de Marzo, este hecho se confunde con la famosa fiesta del Oktoberfest, pero el origen de esta fiesta, celebrada el 12 de Octubre de 1810 en Múnich, fue algo posterior a estas celebraciones, solo que en esta famosa fiesta, fruto de una boda real, se adoptó esta costumbre de beber la cerveza que quedaba de las últimas elaboraciones. La celebración, que duró cinco días y terminó con una espectacular carrera de caballos, fue tan exitosa que decidieron repetirla cada año, de esta manera digamos que quedó oficializada la famosa fiesta del Oktoberfest.
Las cervezas que se disfrutaban en aquel entonces eran de un tono más oscuro, fruto de las maltas más tostadas empleadas para su elaboración, pero en el año 1872 esto dio un vuelco significativo que duraría hasta la actualidad. Durante la celebración de esta fiesta en ese año, se quedaron sin cerveza, debido a que la producción había sido un poco más escasa, así que tuvieron que pedir más cerveza a una fábrica de la zona. El cervecero de esa fábrica era nada más y nada menos que Josef Sedlmayer, hijo del famoso Gabriel Sedlmayer, y la cerveza que les envió fue una cerveza lager de color ambarino claro a la que denominaba Ur-Märzen (Märzen original) y que estaba elaborada según una receta original vienesa.
Esta cerveza gustó tanto que desde entonces se adoptó como el estilo principal para la celebración del Oktoberfest muniqués. Incluso hay cervezas que directamente llevan como denominación de estilo Oktoberfest en lugar de Märzen, o algunas incluso les ponen Festbier u Oktoberfestbier. Por lo tanto se podría decir que no todas las Märzen son Oktoberfest y viceversa. La primera vez que este estilo, Märzenbier, apareció como tal en una cerveza, fue en 1841 de la mano de la famosa fábrica alemana Spaten (Múnich). A esta le siguió la Dreher Brewery de Schwechat, muy cerca de Viena, quien presentara una cerveza lager muy similar a la Märzen denominada Vienna Lager, pasando a ser estos dos estilos los más consumidos en este festival.
No obstante en la actualidad además de estos tradicionales estilos se sirven otros similares e incluso derivados a partir de él, como pueden ser las famosas y pálidas Múnich Helles, que posiblemente sea el estilo más vendido en los últimos Oktoberfest.
Este año, por motivos obvios y razonables, no habrá celebración del Oktoberfest a nivel popular, pero eso no quita para que en nuestras casas nos podamos tomar una buena Märzenbier o una Vienna Lager a la salud de tod@s y para celebrar de manera particular esta tradicional fiesta que popularizó un gran estilo de cerveza. Así que estáis tod@s invitados.
Salud!!
Fuentes: The Oxford Companion , Foodrepublic, Kegerator